Se dice que esta raza fue llevada, alrededor del año 1000, por el propio pueblo magiar que invadió la región oriental de Europa y las zonas danubianas. En el transcurso de los siglos sucesivos, este perro se mezcló con otras razas de galgos orientales como el Saluki y el Afgano y, más recientemente, con el Greyhound inglés del cual ha absorbido muchas características. Entre todas las razas de galgos, es ciertamente la menos difundida más allá de su país de origen hasta el punto de resultar raro verla en las exposiciones caninas. En Hungría por el contrario, es tenida en gran consideración y criada por algunos apasionados, para la caza de la liebre.